El 28 de agosto de 1975 a las 9 h el avión Hercules C-130 TC-62 despegó de la I Brigada Aérea de El Palomar (Buenos Aires), aterrizando en el Aeropuerto Benjamín Matienzo (Tucumán), a las 11:56 horas, llevando a bordo a 85 pasajeros de la Policía Federal Argentina.
La misión de ese día para el TC-62 comprendería, además de ese vuelo de Tucumán a San Juan, otro traslado de La Rioja a Buenos Aires.
De inmediato se procedió al embarque de 114 miembros de Gendarmería Nacional Argentina, pertenecientes al Equipo de Combate «San Juan», que aparte de ellos, se acomodaron dentro de la aeronave armamento y munición.
Todos estaban preparados para emprender el vuelo y reunirse con sus familias .
La tripulación de la Fuerza Aérea estaba compuesta por el Vicecomodoro Héctor A. Cocito; Mayor Carlos J. Beltramone; Capitán Francisco F. Mensi; Suboficiales Mayores Fortunato Barrios, José Perisinotto y Clyde Pardini; y Cabo Principal Eduardo Fattore.
A las 13:05 horas, una carga explosiva que había sido colocada en el desagüe que pasaba por debajo de la pista de aterrizaje, fue activada desde un control a distancia en pleno despegue provocando de inmediato la pérdida de control, incendio y caída a tierra de la aeronave quedando envuelta en llamas y explotando violentamente.
Los restos del avión quedaron esparcidos en un radio de aproximadamente 300 metros, mientras que el grueso de la estructura se incendiaba a un costado de la pista envuelto en llamas y en medio de una columna de humo negro visible a gran distancia del lugar.
Lamentablemente, el saldo del derribo fue de 6 muertos y 23 heridos.
Los Gendarmes fallecidos fueron Evaristo Gomez, Juan Argentino Luna, Marcelo Godoy, Pedro Yanes, Juan Riveros y Raúl Cuello.
Hoy se cumple un nuevo Aniversario del derribo del Hercules C-130 TC-62. Desde UPMAC comprometidos en mantener la verdad histórica de los hechos de nuestro país, elevamos una oración en conmemoración y homenaje a los gendarmes caídos en este triste hecho, recordando también la acción heroica de la valiente tripulación de la Fuerza Aérea, que a pesar del peligro que corrían sus vidas, salvó a un centenar de gendarmes.